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Soneto "RUPTURA"

  RUPTURA   Amor, locura, frenesí sin frenos Explosión libre de instintos fugados Certezas de los hogares no errados Cómplices sin conformarnos con menos   Sin miedo al qué dirán o nos diremos Un pájaro sin miedo a la tormenta Un barco que navega y no está en venta Nuestro fuerte que nunca entregaremos   ¿Cuándo se convirtió todo en rutina? Yo prefiero cantar y tú bailar Ya no es un hogar sino una oficina   El pájaro ya no puede volar Ya no estás si mi cabeza imagina Ya no nos es posible continuar   Mi primer soneto. Son 2 cuartetos y 2 tercetos, rima consonante, versos endecasílabos (11 sílabas), rima ABBA ABBA CDC DCD.  

Soledad

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Qué dura la soledad cuando uno no quiere estar solo. Aunque quizás sea peor sentirse solo en compañía.   

Distintas aves

Por fin estaban de vacaciones. Después de trabajar todo el año, cualquier descanso, en cualquier sitio, era un milagro. Tumbados en un chiringuito a la orilla del mar, echados cada uno en su tumbona, atardecía y empezaba a refrescar. —Mira, una cría de cigüeña —dijo Ana. —No es una cría de cigüeña, no empecemos con las indirectas. Sabes que es una gaviota adulta. ¡Qué bien se está aquí, qué calma! —respondió Carlos. —Sí, se está muy bien. No sé si has podido pensar en lo que hablamos el otro día. —Bueno, tú tampoco lo tenías muy claro, ¿no? —respondió Carlos revolviéndose en su tumbona. —Yo sí lo tengo claro. Ya te lo dije. Además, la casa no es problema, tenemos una habitación de sobra. —Pensé que había quedado un poco en el aire. —A mí no me importaría… —Vale, pues lo vemos. —No te hace ninguna ilusión, ¿verdad? —preguntó Ana. —¿No podemos estar un rato tranquilos? —Vale, pues lo dejamos estar —respondió Ana intentando aparentar indiferencia. El camarero del chiringuito se acercó por

Barrio de las letras

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Mi barrio preferido de Madrid. Aquí vivieron los grandes escritores del Siglo de Oro. En la calle Cervantes está la casa museo Lope de Vega, os recomiendo verla.   

Insomnio

  Por las noches vuelven los fantasmas del pasado. La luz del día los mantiene alejados, inmóviles, expectantes. Pero al caer la noche, se apoderan de su cabeza y es entonces cuando se viste y sale a la calle.     Deambula y fuma por las calles desiertas, con la cabeza invadida, ante la indiferencia de los pocos que se cruzan con él.   Entra en el pub Foxys, pide un whisky y se lo apura de un solo trago. Pide otro, otro más… Sabe que las voces empiezan a transformarse en susurros a partir del quinto. La embriaguez, la semioscuridad y la sordidez del local por fin consiguen aturdirle. Ya no se oyen tan nítidas las voces que le llaman asesino, ya se ve más difuminado el cuerpo de la niña que se llevó por delante.   Rosa María Hontoria

Margarita

Margarita era diferente. Las flores asomaban por sus orejas y, si te fijabas bien, podías observar césped verde dentro de su nariz. Durante su infancia, solo conseguía estar tranquila en el pequeño jardín de su casa. Un hermoso pino fue su padre, a él se abrazaba cada vez que necesitaba consuelo, y las flores fueron sus hermanas. Ahora, ya de adulta, trabaja en un vivero. Sigue sin entender el mundo, no para de comer semillas. Rosa María Hontoria

¡Ratatatata! ¡Pum pum!

¡Ratatatata! ¡Pum pum! Cuerpos mutilados, sangre, mucha sangre, demasiada sangre. Gritos. Alaridos de dolor que no puede olvidar y que le atormentan. Amanece. Los despiertan, si es que alguno ha conseguido conciliar el sueño. Suben al camión. Van a matar gente. Nadie habla. Se oye el traqueteo del camión. Hace frío. ¿O acaso no? Él tiene mucho frío, su alma está helada. ¿O acaso ya no tiene alma? Un día más en el infierno. Ya no sabe si prefiere matar o morir. Quizás sea mejor morir y acabar de una vez con esta farsa. Su amigo Mario murió ayer. Y Pedro antes de ayer. Esto está siendo una masacre. Han llegado a su destino. ¡Vamos, todos abajo! ¡A defender el puente! ¡Qué no pase ningún hijo de puta por aquí! ¿Entendido? Apuntamos, aseguramos el disparo, y disparamos. ¡No gastamos munición si no estamos seguros! ¡Pronto vendrán los refuerzos y tendremos más munición! ¿Cuándo atacarán? ¿Cuándo lo intentarán? ¡Qué frío! El suelo está helado. ¿Qué coño hace él aquí tumbado en el sue