Margarita

Margarita era diferente. Las flores asomaban por sus orejas y, si te fijabas bien, podías observar césped verde dentro de su nariz.

Durante su infancia, solo conseguía estar tranquila en el pequeño jardín de su casa. Un hermoso pino fue su padre, a él se abrazaba cada vez que necesitaba consuelo, y las flores fueron sus hermanas.

Ahora, ya de adulta, trabaja en un vivero. Sigue sin entender el mundo, no para de comer semillas.

Rosa María Hontoria


Comentarios

  1. Muy bonito Rosa Maria. Te seguiré

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Rosa Maria. Salgo como “anónimo” però soy ho Pilar

      Eliminar
  2. Muchas gracias por comentar. Me habéis alegrado el día. 🥰

    ResponderEliminar
  3. Dan ganas de saber más de Margarita, tienes que seguir con ello Rosa

    ResponderEliminar
  4. Gracias! Me alegra mucho que quieras saber más de Margarita...

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog