Insomnio

 

Por las noches vuelven los fantasmas del pasado. La luz del día los mantiene alejados, inmóviles, expectantes. Pero al caer la noche, se apoderan de su cabeza y es entonces cuando se viste y sale a la calle. 

 

Deambula y fuma por las calles desiertas, con la cabeza invadida, ante la indiferencia de los pocos que se cruzan con él.

 

Entra en el pub Foxys, pide un whisky y se lo apura de un solo trago. Pide otro, otro más… Sabe que las voces empiezan a transformarse en susurros a partir del quinto. La embriaguez, la semioscuridad y la sordidez del local por fin consiguen aturdirle. Ya no se oyen tan nítidas las voces que le llaman asesino, ya se ve más difuminado el cuerpo de la niña que se llevó por delante. 

Rosa María Hontoria


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